miércoles, 25 de agosto de 2010

"140 caracteres pueden metérselos profundo en el medio del ojete"

 Inenarrable mi sorpresa mayúscula al adentrarme hoy en las entrañas de la red global de comunicación, y observar que uno de los titulares del día era que el grandísimo Andrés Calamaro había abandonado Twitter, ese cosa invertebrada que alegra la vida a tantos y tantos famosos, no hay alguno que se le resista. Al parecer el Rodríguez decidió mandarlos a todos a tomar por el orto (la noticia desarrollada aquí.)


 El hombre no se ha andado con rodeos a la hora de definir a sus compis cibernéticos, aunque lo cierto es que la imperante lógica ha acabado dando respuesta a una situación que se podría resumir con el típico "¿Qué hace una chica como tú en un sitio cómo este?". Ya era raro de por sí que un tipo como Calamaro, que se define en el video de abajo; tuviera un Twitter, pero qué coño un poco de banal excentricidad nunca le viene mal a nadie ¿no?. Uno cree que este hombre es un tipo alejado del ruido de los 40 Principales, y más cercano a un recital de poesía en el sótano de cualquier bareto con sustancias de por medio, y un día lees que abandona lo más parecido a un patio de vecinos en internet, en fin. Después de todo el tipo defendía causas como el toreo desde la plataforma, algo que le da como mínimo un aire quijotesco en pleno siglo XXI.


                        (La cara de Buenafuente conforme va pasando el tiempo es acojonante)

 Lo de Twitter tiene su gracia, un día pones la tele y en las noticias dicen que puedes dejar tu opinión en su perfil, como si fueran a tenerlo en cuenta, aquello del feedback que decían en mi pueblo, ¡menudo invento! Días más tarde oigo que actrices de Hollywood venidas a menos se escriben verdaderas declaraciones de amor con sus jóvenes prometidos; y pienso, si señor, esto era lo que el mundo andaba buscando. Hasta Alberto Contador se puede disculpar del adelantamiento a Schleck en el Tour, en su Twitter esa misma noche. Y bueno, pues, cuando todo el mundo tiene uno dices qué cojones, voy a ver de qué va esto, y te metes y descubres horrorizado que hasta tu abuela se ha apuntado al carro. Al final te surge en el coco una pregunta; ¿si Gandhi hubiera tenido uno de estos que habría pasado? Habría deseado amor al instante a todo el mundo o se habría entretenido leyendo el resumido análisis (140 caracteres max.) de la crisis financiera que hizo mi abuela.

  Aunque siempre queda un atisbo de esperanza, pensar que lo del Salmón fue únicamente un compromiso publicitario para sus fans y que él lo tomo como excusa para reírse del mundo. Sueño demasiado, creo, si hasta el papa tiene ya uno.

 Hablando de redes sociales, aquí dejo el trailer de "The social network", il novo film de David Fincher sobre el origen de Facebook. Hay una leyenda por la red que dice que va a estrenarla con un montaje de 190 minutos, una bestialidad.    

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